El gobierno bonaerense puso en marcha un plan especial. En la foto, el gobernador Axel Kicillof, este sábado al encabezar una reunión de la Mesa Interinstitucional de Crisis.



El gobierno de Axel Kicillof comenzó a desplegar una estrategia para intentar contralar el coronavirus que busca retrasar el pico de los contagios para dar tiempo a una adaptación de su sistema de salud que permita hacerle frente. La preocupación central es cómo enfrenar la circulación local en los barrios pobres de conurbano, cuyos habitantes carecen de las condiciones materiales para cumplir una cuarentena.

El Comité Interministerial de Crisis que encabeza Kicillof tiene, adaptado al territorio bonaerense, un diagnóstico similar al de todos los gobiernos del mundo: “lo más probable, casi seguro, es que tengamos muchos casos” de la enfermedad, resumen un ministro que participa de ese órgano. La primera preocupación en ese contexto es que no se sabe con precisión cuando se dará ese pico de contagios.

Con ese diagnóstico como norte, los expertos de la provincia trazaron un plan de acción que consiste en retrasar lo más posible la difusión de casos –es lo que en la jerga que se escucha por estos días se nombra como “aplanar la curva”-, mientras que se intenta avanzar en una adaptación del sistema de salud provincial que evite que colapse ante la sobredemanda.

Todas las medidas restrictivas que se conocieron en los últimos días tienen que ver con la minimización de los contagios. Desde la prohibición de actividades culturales con más de 200 personas, de espectáculos deportivos con público hasta la imposición de períodos de aislamiento de 14 días para personas provenientes del grupo de países más afectados por la pandemia.

Pero al mismo tiempo, el gobierno comenzó a adaptar el sistema de Salud. La primera medida fue establecer 200 nuevas camas de terapia intensiva en los hospitales públicos, que podrían ampliarse con el correr de los días. En la caja de herramientas de Kicillof figura una herramienta más radical: un decreto para obligar a las clínicas privadas a aceptar pacientes infectados aunque no quieran hacerlo.

También hará falta más personal: la contratación de 1800 agentes, entre médicos, enfermeros y especialistas en análisis clínicos, es solo una primera reacción. Se completará con la habilitación de seis hospitales de la provincia para que realicen el diagnóstico de la enfermedad, que por ahora solo realizan el Malbrán, lo que ralentiza el proceso. Solo falta terminar la importación de los reactivos.

La promoción de las consultas al 148 forma parte de esta estrategia: sirve para descongestionar los centros de salud. La idea es los llamados sean a ese número, específico para coronvirus, y no al 107, del SAME, para no interferir con la atención del resto de las emergencias. “Por ahí, para responder a un llamado de una madre preocupada porque a su hijo le llora un ojo y cree que se infectó se demora la respuesta a un infarto”, explican.

Tanto la cuestión de las camas hospitalarias y el uso de los centros de salud de cercanía (UPAS y nosocomios locales) como la de la promoción de las líneas de atención telefónica está en el centro del trabajo de coordinación con los secretarios de Salud de las comunas, con los que se viene realizando un trabajo de coordinación, para saber con qué recursos cuentan cada uno y cómo usarlos de manera eficiente

El estallido

Pero el escenario que más preocupa al gobierno el que se desatará cuando la circulación local del virus llegue a las barriadas más pobres y abigarradas de la provincia, que están en su mayoría en el  Conurbano. Kicillof comenzó a hablarlo con los intendentes, que comparten su temor a que ese sea un punto de inflexión en la evolución de la enfermedad.

Uno de los problemas son las escasas condiciones materiales para sostener 14 días de aislamiento en esos sectores. Sobre todo en el caso de los trabajadores informales o los desempleados. Las medidas en este caso son de órbita nacional pero se definen en diálogo con la Provincia. Se habla de una ampliación de la AUH o de la implementación de una nueva tarjeta de emergencia para acercar fondos.

Con las clases confirmadas por ahora –romper la secuencialidad de las medidas no tiene sentido, dicen los expertos, que remarcan que por caso se dejaría sin comedor a miles de chicos- sí se ha reforzado la provisión de elemento de prevención en las escuelas. En ese sentido, todos los consejos escolares tienen desde el viernes partidas presupuestarias para comprar artículos de limpieza, jabón, elementos de protección para quienes limpian y refuerzo para limpieza de tanques de agua, entre otros ítems.Parte de esos elementos se están fabricando en el Instituto Tomás Perón, de La Plata, el único laboratorio estatal de la provincia. Por caso, el alcohol en gel, que de esa manera no sufre aumentos de precios especulativos que afecten las arcas del Estado